Nunca me sentí tan miserable luego de ver una serie de televisión. Miserable y triste completamente por el cumulo de sentimientos que te produce Bojack Horseman. Porque Bojack Horseman más que una serie de televisión es una experiencia única y sin duda es la mejor serie original que nutre el catalogo de Netflix.
Bojack Horseman es una comedia animada creada por Raphael Bob-Waksberg y que empezó a ser emitida en 2014 en Netflix y ya lleva cuatro temporadas emitidas con una quinta temporada confirmada para ser emitida el próximo año.
La serie nos narra la vida actual de Bojack Horseman. Un caballo antropomorfo con la voz de un sarcástico Will Arnett interpretando a una decadente estrella de televisión que se hizo popular en los 90’s gracias al ser el protagonista de una comedia familiar llamada «Horsin’ Around». Pero Bojack a pesar de tener una lujosa mansión en Hollywood y tener mucho dinero no es feliz e intenta salir adelante con la ayuda de su mejor amigo Todd que es un vago que simplemente vive en su casa, y su ex novia y también agente Princesa Caroline, la escritora Diane Nguyen que empieza a escribir las memorias de Bojack y termina formando parte de la vida de Bojack más un montón de personajes que llegan y se alejan en la vida de Bojack.
El arranque de la serie es uno de los más flojos con el que uno se pueda topar en una serie de animación de este estilo. De hecho me costó ver el primer episodio hasta que llega ese ultimo momento del capitulo que toma una pausa de la comedia y te hace sentir que hay algo más. Y sin duda es así. Bojack Horseman es algo más que comedia es algo más. Es la perfecta traslación de la vida de un hombre deprimido y con una vida vacía. Porque Bojack Horseman es como ese chocolate que comes que sientes dulce por fuera y que luego llenas al centro de un licor añejo que te llena de melancolía.
Bojack es infeliz. El dinero no lo llena y hace mucho se dio cuenta que dejó de importarle. La fama no lo llena y a pesar de que intenta ser alguien más a través de la fama, odia con el tiempo el ser famoso. El sexo ni ninguna relación lo llena y se siente incapaz de realmente amar a alguien. Es una persona autodestructiva que busca ser feliz pero nada le sale realmente bien y solo termina viendo como termina lastimando a todas las personas a su alrededor.
Con cada temporada Bojack va evolucionando mientras tropieza en el camino mientras los demás personajes lo hacen a la vez y terminan dándonos momentos o monólogos que te tocan el alma como princesa Caroline debatiendo sobre los tropiezos en su profesión, otro personaje se va a la búsqueda de identidad sexual, mientras otros se enfrentan a una relación matrimonial que se vuelve toxica y unos cuantos detalles más que no quiero detallar porque entraría de lleno en spoilers.
Pero el mundo de Bojack no solo está lleno de tristeza y melancolía. Al final es una comedia al fin y al cabo y para ello vemos como Bob-Waksberg utiliza la comedia para parodiar temas sensibles tales como el aborto o el uso de armas de una manera muy inteligente. Están los chistes a costa de los animales antropomórficos que plagan este mundo y las ocurrencias de Todd y el señor Peanutbutter (un perro que es la antítesis de Bojack) que tienen las ideas más locas y ridículas de negocios y curiosamente funcionan.
Es de resaltar la continuidad en esta serie. Todo tienes consecuencias en el futuro. Y lo que sucede en capítulos anteriores algunas veces termina siendo algo más que simples guiños. Es un recurso bien aprovechado en la serie y que va más allá de una anécdota ya que es utilizado recurrentemente y sirve para meter a los personajes en diversas situaciones dramáticas o de comedia.
Bojack Horseman es uno de esos productos únicos y lo mejor en animación de esta década. Es una serie que va de más a más, madurando con cada temporada, al igual que sus personajes y el propio espectador. La serie me hizo sentir feliz con sus momentos de comedia y de lo más miserable por dos razones: por como te hace sentir lo triste que se sienten sus personajes y por haber dejado pasar durante tanto tiempo la mejor serie creada por Netflix.
