Escuchaba “Lake of Fire” de Nirvana cuando recordé algunas partes del cómic “Lucifer”. Además de estar entre mis historias favoritas, realmente es de los mejores cómics de todos los tiempos.
Y hasta donde sé poco tiene que ver con lo que me pareció un insulso episodio piloto para la cadena de televisión FX.
Lo más fascinante en sí, no es el mismo Lucifer Morningstar, sino todos aquellos que se ven afectados por las andanzas del protagonista.
La historia nos lleva al cielo y al infierno, y por muchos puntos intermedios, mientras el diablo trabaja paso a paso el mayor plan contra la gloria de Dios, su propia libertad.
Lucifer es un ser que se siente encerrado a la voluntad de su padre donde no importa qué haga, todo ha estado previsto ya y determinado para que así suceda.
No se trata de un demonio buscando almas, se trata de un personaje orgulloso de sí mismo buscando la libertad fuera de un universo represor y lleno de limitaciones, siendo despiadado y arrasando con todos los que se le pongan enfrente, a veces incluso con aquellos que lo ayudan.
Y es que nos toca ver de todo: ambición, amores no correspondidos, traiciones, sueños rotos, familias extrañas, arrepentimientos, pero sobre todo mucho dolor y tristeza.
Quizás por eso es tan bueno este cómic, sabe retratar muy bien las desgracias humanas, aún en personajes que no son humanos.
No del todo.
La revolución infernal, el reino de los espejos, el nuevo mundo, todo es una aventura muy humana en el sentido de que uno busca tener su propio destino y luchar por encontrar su propio lugar, la diferencia está en que no podemos relacionarnos con un ser milenario despiadado tan determinado, por eso todos los demás que le rodean son los que le dan la verdadera belleza a este cómic.
Además, la tentación para abandonar su meta aparece a cada vuelta del camino, incluso antes del final definitivo.
Y el arte de las portadas es genial, Duncan Fegredo, Christopher Moeller y Mike Kaluta
¿Quieren leer algo que conmueva su alma? Lean este cómic, no por un morbo a Satanás, sino por un interés en encontrar la libertad espiritual.